Desde un punto de vista clínico, el TDAH se considera una discapacidad. Se clasifica como una discapacidad funcional y de aprendizaje. Afecta la capacidad de concentración, de realizar tareas a tiempo, de seguir adelante, de organizarse y mucho más.
En el ámbito educativo, el TDAH también se considera una discapacidad porque los estudiantes que lo padecen tienen dificultades con el trabajo escolar, tienen problemas para concentrarse en clase y les cuesta completar las tareas. Sin embargo, si se analiza la gama completa de Características del TDAH Comenzarás a preguntarte si, de hecho, es una discapacidad.
Una discapacidad es algo que te impide hacer algo que quieres hacer. En ese sentido, sin duda hay muchas características del TDAH que pueden considerarse discapacitantes. Sin embargo, también hay muchas características que tienen las personas etiquetadas con TDAH que les permiten hacer muchas otras cosas.
Usted puede leer el Caracteristicas del TDAH En este artículo se explican cuáles son esos rasgos y cómo se puede abordar este debate desde dos perspectivas diferentes. Hay ciertas características que pueden considerarse discapacidades y otras que pueden considerarse habilidades. No se dice nada que vaya más allá del sentido común. Todos tenemos fortalezas y debilidades.
La pregunta "¿el TDAH es una discapacidad?" es más bien una cuestión de la perspectiva de la persona a la que se le ha diagnosticado TDAH. Si uno solo se centra en los aspectos negativos y ve todas las cosas que no puede hacer, entonces se vuelve incapacitante.
Sin embargo, si se lo ve desde el punto de vista de las características positivas y se centra en lo que se puede hacer, entonces se podría considerar “una habilidad”. De hecho, es posible que se puedan considerar ambas cosas.
La pregunta es cuándo reconocer la diferencia. ¿Cuándo se considera el TDAH una discapacidad? ¿Puede una “capacidad” convertirse en una discapacidad para alguien si no sabe cómo utilizarla adecuadamente?
Supongamos que una persona tiene un sentido del oído más agudo que le permite oír con mayor agudeza. Este rasgo, sin ningún entrenamiento para controlar esta capacidad, puede resultar una distracción, ya que ciertos sonidos pueden resultar abrumadores y evitar que uno se concentre adecuadamente. Esto, entonces, se convierte claramente en una discapacidad, porque uno no ha aprendido a utilizar los dones que le han sido otorgados.
En el caso del TDAH, se trata de una mayor sensibilidad a los estímulos en todos los aspectos. El entrenamiento para dominar esta hipersensibilidad puede llevar a una persona a alcanzar niveles de concentración y creatividad sin precedentes. Asimismo, la falta de entrenamiento puede conducir a años de sufrimiento, ya que la persona se ve abrumada mental, física y emocionalmente.
Así, cuando uno estudia y aprende a utilizar sus dones, el TDAH ya no es una discapacidad, sino una “capacidad”. En educación, esto significa encontrar el estilo o entorno de aprendizaje que mejor se adapte al estudiante. En el lugar de trabajo, esto significa encontrar el trabajo o la carrera que mejor se adapte a los talentos del individuo.
Debate interno o aceptarse y creer en uno mismo
La discusión sobre la capacidad frente a la discapacidad es en gran medida el diálogo interno de la persona con TDAH. Todos tenemos magia dentro de nosotros para lograr cosas que están más allá de nuestra imaginación, para tener éxito en formas que tal vez no creamos posibles y para cambiar las cosas en este mundo para mejor. Sin embargo, según mi experiencia, aceptar quién eres es más que simplemente aprender a usar tus talentos.
Puedes estudiar meditación y prácticas de mente y cuerpo todo el día, todos los días, durante los próximos 20 años y no aprender a usarlas si no entiendes esta cosa muy importante. Esto es algo que descubrí durante mis propios años de sufrimiento por TDAH, tomando medicamentos y entrando y saliendo de hospitales hasta que finalmente lo superé. He estado completamente libre de síntomas y medicamentos durante más de 22 años y de ese recorrido esto es lo más importante que puedo compartir contigo.
¡Tienes que creer en ti mismo! Tienes que creer en ti, en quién eres, en la grandeza que vive dentro de ti y en los dones que vas a compartir con este mundo. Sin creer en ti mismo, sin pensar que es posible para ti, sin ser tu mejor amigo, sin hablarte a ti mismo de forma positiva todos los días y sin quererte a ti mismo, el TDAH siempre será una discapacidad.
Cuando nos preguntamos si el TDAH es una discapacidad, en realidad no es el TDAH lo que nos incapacita, sino nuestro propio diálogo interno negativo. Es nuestra propia incredulidad en nosotros mismos lo que nos impide alcanzar nuestro potencial. Nuestra incredulidad es, en realidad, una forma de creer. Es la creencia en el “no puedo”. Lo que descubrí en mi camino es que lo que creas con más fuerza sobre ti mismo es lo que manifestarás en tu vida.
Así que, tanto si crees que puedes como si no, ¡tienes razón! Crearás y vivirás lo que creas en lo más profundo de tu ser acerca de quién eres en realidad y de lo que eres capaz. Si crees que el TDAH es una discapacidad, la etiqueta y tus experiencias te incapacitarán, pero si crees algo diferente, puede suceder algo bastante extraordinario.
Durante casi 12 años crecí creyendo que el TDAH era una discapacidad, aunque aprendí las técnicas para superarlo. Esto se debió a que todavía creía que era una discapacidad, que era un defecto genético y que tenía un desequilibrio químico.
Finalmente me di cuenta de que no soy un trastorno mental, de que no soy una discapacidad y de que no tengo TDAH. Fue en ese momento cuando descubrí que tenía el poder de elegir si esto iba a ser un regalo o un tormento. Esa elección era mía y solo mía, y, del mismo modo, es tuya y solo tuya.
Descubrí que tenía el poder de convertir lo que antes percibía como una discapacidad en una “habilidad” y que usaría mis experiencias para ayudar a otros a desarrollar su potencial. Hay muchas personas en todo el mundo que han recibido lo que se llamaría una discapacidad.
Hay quienes tienen problemas mentales y muchos otros que tienen problemas físicos. Creo que para muchos lo que he compartido es comprensible hasta cierto punto, pero ¿dónde se traza el límite? ¿En qué momento un desafío físico o mental es tan grande que no se trata de elegir verlo de una manera u otra?
Sin duda, un hombre sin brazos ni piernas tiene una discapacidad grave. ¿Cómo podría considerarse eso una “capacidad”? Piense en todas las cosas que no puede hacer y todas las experiencias que nunca tendrá. Yo tampoco sabía la respuesta a esta pregunta, pero hay personas entre nosotros que viven vidas verdaderamente increíbles.
Están aquí para recordarnos que frente a todos nuestros desafíos, incluso aquellos que parecen desesperados, es el espíritu humano el que puede perseverar, superarse y alcanzar la grandeza.
Este hombre no es otro que Nick Vujicic, y para él no tiene extremidades, pero tampoco limitaciones.
Haga clic en este liga para saber más sobre este extraordinario individuo.
Entonces la pregunta es ¿cómo convertir una discapacidad en una habilidad?
Si el TDAH es tanto una discapacidad como una capacidad, ¿cómo se puede convertir una desventaja en ventaja?
A continuación se presentan pasos que le ayudarán en este viaje:
1.) Aceptación
Para convertir cualquier desventaja en ventaja, el primer paso es aceptarlas por completo. Muchas personas que padecen TDAH conocen las dificultades que experimentan a diario, pero no saben necesariamente hasta qué punto esas dificultades pueden llevar a la persona a un sufrimiento más profundo.
Las personas con TDAH tienen tres veces más probabilidades de sufrir adicción a las drogas y diez veces más probabilidades de suicidarse. Estos datos pueden ser muy deprimentes, pero si no los abordamos, no podremos abordar las causas de estos resultados horribles.
También es cierto que las personas con TDAH tienen tres veces más probabilidades de convertirse en emprendedores, por lo que se puede ver que no todo es malo. La pregunta más importante es: ¿por qué algunas personas pueden usar con éxito el TDAH a su favor mientras que otras parecen tener dificultades durante el resto de sus vidas?
La respuesta se encuentra en algunas de las tendencias básicas de la naturaleza humana. Todos tendemos a centrarnos en los síntomas de nuestro dolor, alejándonos de las causas fundamentales y corriendo hacia lo que nos hace sentir bien. Lo hacemos porque cuanto más nos adentramos en la causa fundamental, más dolor tenemos que aceptar.
Si bien abordar las causas fundamentales nos ayudará a encontrar la verdadera curación, existe una gran tentación de enmascarar más rápidamente los síntomas de nuestro dolor central con cosas que nos hacen sentir bien temporalmente. Es por estas razones que las personas con TDAH tienen más probabilidades de luchar con adicciones como las drogas, el sexo, el trabajo, los videojuegos, la comida, los deportes extremos, etc.
De alguna manera extraña, estas personas viven en el purgatorio del TDAH, donde no aceptan sus dolores más profundos ni sus mayores fortalezas, sino que pasan la mayor parte del tiempo huyendo de quienes realmente son. El dolor del que huimos no proviene de la debilidad o las “discapacidades” del TDAH, sino de nuestras reacciones ante ellas mientras pasamos la mayor parte de la vida tratando de ser otra persona.
Cuando no puedes aceptar las cosas en las que no eres bueno, entonces seguirás intentando vivir tu vida esforzándote por ser bueno en lo que no eres. Esto es lo que causa el dolor profundo y conduce a una vida de adicciones como una forma de lidiar con ese dolor y de esforzarte por vivir una vida siendo otra persona.
La aceptación te permite aceptar plenamente tu debilidad y también ver con claridad tus fortalezas. Es el primer paso para poder convertir una discapacidad en una habilidad.
2.) Deja de ser otra persona
El segundo paso más importante es dejar de ser otra persona y empezar a ser uno mismo. Es muy importante que una vez que aceptes tus fortalezas y debilidades dejes de intentar forzarte a ser bueno en lo que eres, en tus debilidades naturales.
De la misma manera, esto significa dejar de minimizar tus fortalezas o talentos. El camino que tienes por delante es vivir, ser y expresar tu yo más auténtico. Tienes que empezar a vivir tu verdad, y eso significa dejar de minimizar quién eres.
3.) Delegar u obtener ayuda con las debilidades.
Para dejar de vivir la vida de otra persona y comenzar a ser quien debes ser, es fundamental que recibas ayuda para superar tus debilidades. Nadie es bueno en todo y cada uno de nosotros necesita ayuda en diferentes áreas.
Aprender a delegar tus debilidades a otras personas, ya sea en tu negocio o con un asistente virtual para tu carrera, será esencial para tu crecimiento.
4.) Maximizar y explotar las fortalezas
Una vez que hayas delegado tus debilidades, tendrás la oportunidad de explotar realmente tus fortalezas. Las habilidades con las que naces naturalmente son las que debes maximizar para el beneficio tanto individual como colectivo.
Concentrarse en lo que se le da bien por naturaleza, lo que le apasiona y lo que disfruta es la brújula que le llevará al éxito en la vida. Descubrirá que seguir esto en su vida y en su carrera le permitirá convertir las desventajas en ventajas.
El camino que tenemos por delante no es deshacernos de nuestras debilidades, sino utilizarlas a nuestro favor. Una debilidad solo es una debilidad si nos impide hacer lo que queremos hacer. Sin embargo, si somos plenamente conscientes de ella y la afrontamos, ya no podrá detenernos.
5.) Obtenga ayuda con el proceso
La parte final y más importante de este proceso es buscar ayuda en este camino. No es fácil dominar el TDAH y convertir una discapacidad en una habilidad. Se necesita la experiencia de alguien que haya pasado por este camino para poder guiarlo adecuadamente sobre qué debe hacer y cómo hacerlo.
Un entrenador o mentor puede ser de gran ayuda, ya que puede ayudarte con la parte más difícil: aprender a usar tu debilidad como fortaleza.
Esta es, sin duda, la parte más difícil, porque es muy difícil ver tu situación como una ventaja cuando, obviamente, parece una desventaja. Un coach te dará la capacidad de ver las cosas desde la perspectiva de alguien con décadas de experiencia en hacer lo que tú intentas hacer y aprender todos los matices de cómo dominarlo.