Cómo editar tu propio libro para obtener un borrador final pulido

Cómo editar tu propio libro
by David Harris // Marzo 6  

Acabas de terminar de escribir tu manuscrito y te sientes como una estrella literaria. Pero ahora viene la parte difícil: editando tu libroLa tarea puede resultar abrumadora y los desafíos pueden parecer insuperables. Pero no te preocupes: editar tu trabajo no solo es posible, sino que también puede ser empoderante.

Puedes editar tu libro de manera eficaz si abordas la tarea de manera metódica y con una mirada nueva. Aquí tienes una guía paso a paso que te ayudará a abordar tu manuscrito con confianza.

Guía paso a paso para autoeditar tu libro

  1. Tomar un descanso
    Después de completar el primer borrador, déjelo a un lado por un tiempo. Esta distancia le ayudará a aclarar su mente y le permitirá volver al manuscrito con una perspectiva nueva. Supongamos que termina de escribir su libro un viernes: tómese el fin de semana libre y vuelva a sumergirse en él el lunes. Verá cosas que se le habían escapado antes.
  2. Imprimirlo
    Editar desde una pantalla puede ser tentador, pero imprimiendo su manuscrito ofrece una experiencia diferente. Hay algo en la sensación del papel que puede ayudar a que tus ojos detecten errores más rápidamente. ¡Imagina que estás editando como si fuera la década de 1990, con bolígrafo rojo y todo! Es posible que descubras oraciones torpes y errores tipográficos que eran invisibles en tu pantalla.
  3. Leer en voz alta
    Tus oídos pueden ser grandes editoresLeer tu manuscrito en voz alta puede revelar frases extrañas y problemas de ritmo. Si te trabas mientras lees, es probable que tus lectores también lo hagan. Simplemente di las palabras en voz alta (ya sea que te sientas tonto hablando contigo mismo o no) y escucha esos fragmentos problemáticos que simplemente no suenan bien.
  4. Centrarse en la estructura
    Examina tus capítulos. ¿Se desarrollan con fluidez de uno a otro? Verifica que cada capítulo tenga un propósito claro y contribuya a la historia general. Por ejemplo, si estás escribiendo una novela de misterio, cada capítulo debe generar suspenso e intriga. Piensa en esto como si estuvieras armando un rompecabezas: cada pieza debe encajar perfectamente.
  5. Comprobar el desarrollo del personaje
    Tus personajes deben evolucionar y conectar con los lectores. Pregúntate si son creíbles y dinámicos. Si tu protagonista comienza como un ratón tímido, asegúrate de que gradualmente se vuelva más asertivo. Imagina si Harry Potter siguiera teniendo miedo de todo. ¿Lo llamaríamos el niño que sobrevivió? No, ¡lo amamos por su crecimiento!
  6. Refinar el diálogo
    El diálogo debe sonar natural, revelar los personajes y hacer avanzar la trama. Escucha las conversaciones a tu alrededor y toma nota de cómo conversan las personas. Por ejemplo, si estás escribiendo una conversación entre dos amigos, recuerda que no tienen que ser formales. Agrega humor, coloquialismos o interrupciones para imitar la vida real, ¡y no temas dejar que tu personaje sea un poco peculiar!
  7. Eliminar redundancias
    Elimina las frases o ideas repetitivas. Si notas que repites conceptos, fortalécelos en lugar de alargarlos. Por ejemplo, en lugar de decir “El coche era rápido y veloz”, quédate con “El coche era rápido”. Sé implacable; es tu trabajo hacer el corte final.
  8. Afina tu prosa
    Procura que la oración sea clara y concisa. Repasa cada oración y verifica si cada palabra tiene un propósito. Pregunta: ¿Es necesaria esta oración? Si la respuesta es no, elimínala. Utiliza verbos fuertes y elimina adjetivos innecesarios. Por ejemplo, en lugar de decir “Él corrió muy rápido”, di simplemente “Él corrió a toda velocidad”.
  9. Verificación de consistencia
    Asegúrate de utilizar términos, nombres y elecciones estilísticas de forma coherente. ¿Los nombres de tus personajes se escriben de la misma manera en todo el libro? ¿Tu tono se ajusta al género? Una novela de suspense debe ser diferente a una comedia romántica. La coherencia genera confianza en tus lectores.
  10. Utilice las herramientas con prudencia
    Varios herramientas de edición Puede ayudarte con herramientas como Grammarly, Hemingway y ProWritingAid. Utilízalas como ayuda, pero no te fíes solo de ellas. Son como rueditas de entrenamiento; en definitiva, lo que importa es tu criterio.
  11. Buscar comentarios
    Una vez que hayas hecho todo lo posible, busca algunos lectores beta de confianza para que revisen tu trabajo. Elige a personas a las que les guste tu género y que puedan brindarte críticas constructivas. Tal vez un compañero de lectura o tu tío Bob, que es demasiado honesto para su bien; ambos pueden ofrecer ideas útiles.
  12. Crear una lista de verificación
    Tener una lista de verificación de errores comunes puede resultar de ayuda durante las ediciones finales. Esta lista puede incluir errores gramaticales comunes, lagunas en la trama o comportamiento inconsistente de los personajes. Consulta esta lista mientras revisas nuevamente tu manuscrito. ¡Piensa en ella como tu kit de edición de detectives de Sherlock Holmes!

Pros y contras de la autoedición

Ventajas

  • Control creativo: Puedes decidir qué caminos tomar en tu manuscrito sin la influencia de otros.
  • Rentabilidad: Ahorras dinero al no tener que pagar una editor profesional inmediatamente.
  • Entendimiento profundo: Conoces la historia y los personajes mejor que nadie. Este flujo de conocimiento ayuda a tomar decisiones informadas durante el proceso de edición.

Desventajas:

  • Parcialidad: Estás demasiado concentrado en tu trabajo como para detectar errores fácilmente. Es como ver a tu hijo en una obra de teatro escolar: ¡no puedes evitar pasar por alto sus errores en el escenario!
  • Fatiga: Leer lo que escribes varias veces puede cansarte y hacer que pases por alto errores. Aquí es donde los descansos resultan útiles.
  • Abrumar: Editar puede ser una tarea abrumadora que genera frustración. ¡Ten a mano tus afirmaciones positivas! ¡Escribiste un libro, eres básicamente un mago!

Mejores prácticas para una autoedición eficaz

  • Editar por etapas: No intentes editar todo a la vez. Divídelo en partes manejables. Primero, concéntrate en los cambios estructurales más importantes, luego perfecciona el diálogo y luego la gramática y la ortografía.
  • Establecer temporizadores: Considere la técnica Pomodoro para mantenerse concentrado. Programe un cronómetro para 25 minutos de edición, seguido de un descanso de 5 minutos. ¡Se sorprenderá de lo mucho que puede lograr!
  • Mantente organizado: Mantén todas tus versiones bien documentadas. Guarda los cambios importantes en archivos diferentes o utiliza el control de cambios en Word. ¡No querrás volver por accidente a un borrador anterior en el que tu protagonista tenía una piedra como mascota!

Peligros potenciales a evitar

  • Ignorando el panorama general: No te quedes estancado en errores menores a expensas de problemas más grandes como agujeros en la trama o arcos de personajes.
  • Edición demasiado pronto: Editar inmediatamente después de escribir nublará tu juicio. Dale a tu trabajo el tiempo que necesita para respirar.
  • Negativa a cortar: A veces, es posible que tengas que deshacerte de escenas o personajes que no contribuyen a la historia. Recuerda, matar a tus seres queridos puede ser difícil, pero es necesario para un mejor libro.
  • Descuidar la gramática y los errores tipográficos: Si no tienes cuidado, los errores tipográficos simples pueden distraer a los lectores de tu mensaje. ¡Así que revisa dos veces aunque te parezca tedioso!

Consejos adicionales para lograr el éxito en la autoedición

  • Utilice diferentes herramientas: Considere usar notas adhesivas o bolígrafos de colores para marcar las secciones que necesitan trabajo. Si prefiere un enfoque digital, aproveche el poder de las funciones de comentarios en los documentos para tomar notas.
  • Mantente positivo: La edición consiste en mejorar, no solo en detectar errores. ¡Celebra cada punto de progreso y recompénsate con un delicioso café o un refrigerio!
  • Dale una segunda mirada después de un descanso: El toque final es a menudo el momento en el que te darás cuenta de esos molestos errores de último momento. Cuando creas que has terminado, vuelve a intentarlo una última vez. ¡Es crucial para la perfección!

Edición de su manuscrito Puede parecer una tarea titánica, pero con paciencia y un enfoque metodológico, puedes pulir tu trabajo hasta convertirlo en una joya lista para publicar. ¡Así que coge ese bolígrafo rojo y hagamos que tu manuscrito brille!

Solución de problemas comunes al editar su propio libro

Editar tu propio libro puede parecer como resolver un cubo de Rubik con los ojos vendados: es un desafío, pero una vez que todo encaja, resulta satisfactorio. A continuación, se muestran algunas situaciones del mundo real con las que podrías encontrarte y cómo puedes abordarlas.

1. Inconsistencias en los detalles de los personajes

Imagina que estás a mitad de tu manuscrito y de repente te das cuenta de que tu personaje, Jane, tiene ojos azules en el Capítulo 3, pero ojos verdes en el Capítulo 15. ¡Vaya! Para solucionarlo, crea una ficha de personaje para cada uno de tus personajes principales. Enumera sus rasgos, incluido el color del pelo, el color de los ojos y cualquier peculiaridad. Vuelve a consultarla mientras editas para asegurar la coherencia en todo el libro. Si los ojos de Jane cambian de color debido a los recursos de la trama (como convertirse en un camaleón), asegúrate de explicarlo claramente y mantener ese detalle en todos los capítulos.

2. Problemas de ritmo

Es posible que notes que tus lectores están perdiendo interés en el Capítulo 8. Parece una tarea pesada. Para ajustar el ritmo, busca secciones con descripciones demasiado largas o diálogos innecesarios. Intenta leerlas en voz alta; si notas que te estás distrayendo, es posible que tus lectores también lo hagan. Acorta los párrafos largos o divídelos en oraciones más breves y contundentes. Un lector podría describirlo como el síndrome de los “momentos de aburrimiento”; si ese es el caso, es hora de agregar una pizca de acción o un giro divertido en la trama para mantener el interés.

3. Demasiados adverbios

Puede que te encante usar adverbios (en serio, ¿a quién no le gusta un buen “corrió rápidamente”?) hasta que te das cuenta de que se están colando en cada oración. Es como agregarle chispas a una ensalada, ¡no es del todo apropiado! Revisa tu manuscrito y resalta cada adverbio, luego pregúntate si el verbo puede valerse por sí solo sin ellos. En lugar de “dijo en voz baja”, prueba con “susurró”. Un verbo más fuerte a menudo puede reemplazar la necesidad de un adverbio por completo, lo que le da a tu escritura un aspecto más limpio y nítido.

4. Diálogos que no suenan naturales

A veces, tus personajes pueden tener diálogos que se leen como un guión robótico. Para evitarlo, considera grabarte leyendo el diálogo en voz alta. Presta atención a cómo suena. ¿Parece realista? Si los personajes están teniendo una conversación profunda en una cafetería, no debería sonar demasiado formal. Haz que sea cercano: piensa en cómo hablas realmente con tus amigos. Si parece rígido, reescríbalo hasta que fluya como una charla informal.

5. Agujeros en la trama del tamaño de Texas

Estás avanzando con tu trama hasta que, ¡zas!, aparece un enorme agujero. Tal vez tu protagonista de repente tiene un superpoder que nadie mencionó antes. Para solucionarlo, da un paso atrás y esboza tu historia. Crea una línea de tiempo de los eventos. Asegúrate de que cada punto de la trama conduzca lógicamente al siguiente. Si la introducción del superpoder te parece discordante, coloca pistas antes en la historia o elimínala por completo. ¡La coherencia es clave!

6. El uso excesivo de “dijo”

Puede caer en la trampa de usar “dijo” con tanta frecuencia que empiece a sonar como un disco rayado. Puede ser útil cambiar las cosas, ¡pero hágalo con moderación! En lugar de “ella dijo” o “él dijo” después de cada línea de diálogo, considere usar etiquetas de acción para mostrar lo que hacen sus personajes mientras hablan. Por ejemplo, en lugar de “tengo hambre”, dijo, podría escribir “podría comerme un caballo”, dijo, hurgando en el refrigerador. Agrega profundidad y mantiene al lector interesado.

7. Oraciones demasiado complejas

¿Conoces esas frases que hacen que el lector se detenga y las vuelva a leer tres veces? Sí, esas. Si hasta tú te estás rascando la cabeza, es hora de reescribirlas. Intenta que sean claras. Divide las frases largas en otras más cortas. Por ejemplo, en lugar de decir “A pesar de que llovía a cántaros y el viento aullaba, ella siguió caminando hacia la estación”, podrías simplificarlas a “Llovía a cántaros y el viento aullaba, pero ella siguió caminando hacia la estación”. ¡La claridad y la concisión ganan la carrera!

8. Errores tipográficos que parecen multiplicarse

Es posible que usted tenga corrige tu manuscrito Veinte veces, pero esos molestos errores tipográficos siguen acechando. Para combatirlo, cambia de medio: si has estado editando en una computadora, prueba a imprimirlo. La nueva vista puede ayudarte a detectar errores que podrías haber pasado por alto. Otra opción es leer tu manuscrito al revés (sí, al revés), oración por oración. Te obliga a concentrarte en el texto en sí en lugar de en la historia, lo que hace que los errores tipográficos salten a la vista como un examen sorpresa no programado.

Al emprender su viaje de autoedición, aborde cada uno de estos obstáculos comunes con una mezcla de diligencia y una pizca de humor, porque si no puede reírse de la cantidad de veces que utilizó "sonrió" en el primer borrador, es posible que tenga un largo camino por delante.

Preguntas frecuentes (FAQ) relacionadas con cómo editar su propio libro

P. ¿Cuál es el primer paso para editar mi propio libro?
A. Comience por dejar de lado su manuscrito por un tiempo. Unos días o semanas de descanso le ayudarán a volver con una mirada renovada. ¡Es como dejar que su escritura tome una siesta!

P. ¿Debo editar primero la gramática y el estilo o centrarme en el contenido?
A. ¡Primero concéntrese en el contenido! Abordar cuestiones generales como los agujeros en la trama o el desarrollo de los personajes es más importante que preocuparse por la gramática. Después de todo, pulir un borrador que aún requiere mucho trabajo es todo un desafío.

P. ¿Cómo puedo detectar errores tipográficos o gramaticales en mis escritos?
A. Leer tu trabajo en voz alta puede ayudarte a detectar errores. Si suena mal, ¡probablemente lo esté! Además, te ofrece la oportunidad de perfeccionar tus futuras habilidades de narración de audiolibros.

P. ¿Es útil que otra persona revise mi manuscrito?
A. ¡Por supuesto! Una nueva perspectiva puede detectar errores y ofrecer comentarios valiosos. ¡Recuerde elegir un lector que sea honesto y no solo le dé un par de cumplidos!

P. ¿Cómo puedo evitar sentirme abrumado mientras edito?
A. Divídelo en tareas más pequeñas. Establece metas como “Editaré un capítulo hoy” en lugar de decir “Terminaré todo el libro”. ¡Después de todo, Roma no se editó en un día!

P. ¿Debo utilizar un software de edición o es mejor una buena página impresa a la antigua usanza?
A. ¡Ambos tienen sus ventajas! El software de edición detecta muchos errores, pero puede pasar por alto problemas de contexto. Una página impresa es ideal para ver el panorama general. ¡Use ambos para lograr la máxima eficiencia!

P. ¿Puedo editar demasiado y arruinar mi voz?
A. ¡Sí, puedes! Solo asegúrate de confiar en tus instintos. Si una sección no te parece correcta después de varias ediciones, da un paso atrás y pregúntate: "¿Sigo siendo yo?". Si no es así, ¡está bien que la modifiques!

P. ¿Cuál es un error de edición común al que debo prestar atención?
A. ¡Usar demasiado los adverbios! Si te encuentras... verbos modificadores Con “very” o “really”, tal vez sea hora de reforzar los verbos. ¡Guarda algunos adverbios para cuando salgas de fiesta, no para escribir!

P. ¿Cómo puedo saber cuándo mi libro está listo para ser publicado?
A. Cuando lo hayas leído varias veces, hayas hecho que otros lo lean y no encuentres más cambios que quieras hacer. Si tu corazón se acelera al pensar en que alguien lo lea, ¡felicitaciones, ya casi lo lograste!

P. ¿Cuál es un último consejo para editar mi propio libro?
A. Mantenga a su lector en mente. Pregúntate: "¿Qué les aporta?". Si tus ediciones mejoran su experiencia, ¡vas por buen camino! ¡Feliz edición!

Conclusión

Editar tu propio libro puede parecer como buscar una aguja en un pajar, sobre todo cuando ese pajar está formado por tus propias palabras. Pero con paciencia, un proceso claro y una pizca de humor, puedes pulir tu borrador hasta convertirlo en una joya brillante. Recuerda tomar descansos, utilizar herramientas que te ayuden y no tengas miedo de pedir comentarios a los demás. Cuantas más capas quites, mejor será tu historia. Así que coge ese bolígrafo rojo (o tu herramienta de edición favorita), canaliza a tu crítico interior y prepárate para convertir tu manuscrito en una obra maestra. ¡Feliz edición!

Sobre la autora

David Harris es redactor de contenidos en Adazing y cuenta con 20 años de experiencia en el mundo de la publicación y la tecnología, que evoluciona constantemente. Editor, entusiasta de la tecnología y conocedor de la cafeína a partes iguales, ha pasado décadas convirtiendo grandes ideas en prosa pulida. Como ex redactor técnico de una empresa de software de publicación basado en la nube y escritor fantasma de más de 60 libros, la experiencia de David abarca la precisión técnica y la narración creativa. En Adazing, aporta un don para la claridad y un amor por la palabra escrita a cada proyecto, mientras sigue buscando el atajo de teclado que le sirva para volver a llenar su café.