El siglo XX fue testigo de enormes cambios en el mundo que nos rodea. En 20, todavĂa no habĂamos tenido dos guerras mundiales, no tenĂamos Internet ni computadoras. La poblaciĂłn era mil millones menor y la vida era mucho más sencilla. Estos cinco libros, todos ellos considerados entre los mejores libros de todos los tiempos, hablan de esa Ă©poca de diferentes maneras. Cada uno es un portal Ăşnico hacia una Ă©poca que ya pasĂł, pero que no se olvidĂł.
El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald
Para aquellos que reconozcan el tĂtulo, verán los cautivadores ojos y los labios fruncidos de una flapper, una mujer de los años 20 con el contorno del icĂłnico sombrero alrededor de su cabeza que generalmente enmarcaba un corte de pelo corto en desafĂo a una sociedad dominada por los hombres. Para aquellos que nunca han oĂdo hablar de El gran Gatsby o F. Scott Fitzgerald, se sentirán atraĂdos por la aparente tristeza en esos ojos dorados que reflejan, la lágrima que parece caer por el rostro invisible y las luces salvajes y brillantes que iluminan la escena de abajo. Aunque la mayor parte de esta portada ha sido ocupada por un simple color azul oscuro de un cielo al atardecer, los pocos detalles que se destacan en contraste hacen un magnĂfico trabajo de atraer al lector ya sea con familiaridad o curiosidad. Cualquiera de los dos hará el trabajo de captar la atenciĂłn de un transeĂşnte.
Libros clásicos infantiles Los cuentos tienen vida propia, ya que encantan generación tras generación con sus historias. La telaraña de Carlota no es una excepción, sino que sobresale por su capacidad continua de fascinar a lectores, jóvenes y mayores. Quienes estén familiarizados con la historia reconocerán la imagen antes incluso de molestarse en leer las palabras. El niño pelirrojo sostiene suavemente al cerdito; obviamente están en una granja con la cerca de madera frente a ellos, el ganso y la oveja detrás de ellos. Y luego, por supuesto, está la infame araña, que apenas ocupa espacio en esta portada y, sin embargo, tiene toda la atención de todos los que aparecen en la imagen, asà como de todos los que toman este libro. Una ilustración tan hermosa que es capaz de traer una sonrisa al rostro de cualquiera, sin importar su edad. A los niños les encantarán los colores y los animales, tal vez incluso la elaborada telaraña que ha tomado la esquina superior derecha. Los adultos se sentirán nostálgicos con los recuerdos cariñosos de la historia, o si lo están tomando por primera vez, se fascinarán por la presencia que impone una pequeña araña. Y si alguien aún no está convencido de comenzar a leer, el sello de un premio persuadirá a los adultos, mientras que la información en la parte inferior que indica a los lectores que este autor también escribió Stuart Little, otro personaje familiar y adorable, convencerá a los más jóvenes.
Matar a un ruiseñor de Harper Lee
Este es uno de los clásicos que seguramente perdurará a travĂ©s de los tiempos. Esta portada tiene una maravillosa plĂ©tora de elementos que realmente se unen para convertirla en un clásico, al igual que la historia que cuenta. El color violeta pálido del fondo tiene un efecto calmante y relajante en quienes pasan por allĂ, hasta que leen el tĂtulo. Aquellos que lo reconocen, que son un gran porcentaje de personas, se sorprenderán por la extremidad del tĂtulo junto al fondo de color pálido, e incluso por el grupo de objetos que adornan la ilustraciĂłn del recuadro. El pájaro, presumiblemente un sinsonte, volando grácilmente a travĂ©s de un cielo vespertino sin nubes; la luna prácticamente nueva que se eleva sobre el horizonte mientras una sola estrella brilla intensamente; en primer plano, un viejo árbol mantiene a salvo dos objetos que no parecen ir juntos, un reloj de bolsillo y una bola de lana. Todo en esta imagen es calmante, pacĂfico, al igual que el fondo. Y es igual de discordante con el tĂtulo. Las palabras en la parte superior ayudan a iluminar un poco la historia que está esperando ser contada, pero los lectores se sienten atraĂdos a abrir la tapa y descubrir más. Para aquellos que lo han leĂdo una docena de veces y para aquellos que nunca lo han tenido en sus manos antes, la tapa los atraerá, los cautivará y la historia será contada.
El señor de las moscas de William Golding
La mayorĂa de los libros sobre el paso de la infancia a la adultez no incluyen los increĂbles acontecimientos que tienen lugar en El señor de las moscas, y ese hecho es lo que hace que este libro destaque como uno de los mejores libros de todos los tiempos. La increĂble obra de arte es lo que lo hace destacar entre todas las demás portadas de la librerĂa. Independientemente de si los lectores están familiarizados con este clásico o no, al pasarlo por la estanterĂa, serĂa imposible no notar el brillante uso del color en la ilustraciĂłn. El tĂtulo y el autor están colocados en la parte superior, porque su informaciĂłn no es tan importante ni tan informativa como la extraña imagen de un niño que domina el resto de la portada. Obviamente es joven, y sin embargo parece tan serio, mayor que su edad fĂsica. Está oscurecido por la oscuridad y el verdor de una extraña y salvaje vida vegetal, lo que añade un toque de misterio y exotismo a la portada que cautiva fácilmente a los lectores. Las moscas que se reĂşnen en la esquina dejan claro que este niño, quienquiera que sea, es el señor de las moscas, pero no se sabe nada más sobre Ă©l. Para descubrirlo y aprender más sobre el joven muchacho con alma vieja, se sienten atraĂdos a abrir esta fantástica tapa y acceder a la historia que hay dentro.